sábado, mayo 30, 2009

Un catecismo de la democracia en 80 preguntas y respuestas

Se trata de una introducción a la democracia de apenas 130 páginas, con título “Introducing Democracy”, escrita por David Beetham, Director Adjunto de la Auditoría Democrática del Centro de Derechos Humanos del Reino Unido y Profesor Emérito de la Universidad de Leeds, y por Kevyn Boyle, Profesor de Historia Americana del siglo XX a la Universidad Pública de Ohio y autor de varios libros sobre clases sociales, temas raciales y políticos. Dos expertos en democracia.

Un libro muy aconsejable, por su exposición clara y práctica, para estudiantes, periodistas y ciudadanos en general, pero sobre todo para estos líderes políticos que a veces tienen una idea un poco peculiar sobre lo que es una democracia, y sobre todo sobre lo que es el espíritu democrático. Una democracia que algunos llaman de forma simplista o reducen al “estado de derecho” o la democracia “de la mayoría parlamentaria” (a veces de la mitad más uno contra la mitad menos uno) olvidando que las leyes no son perfectas y que el pueblo es todo el pueblo (o casi) y no una parte del pueblo. Y que se olviden a veces que el actor principal de una democracia es, o debe ser, este pueblo, no los políticos, aunque los haya elegido el pueblo. Y que por eso es tan importante educar el pueblo en la democracia.

El libro, editado por la UNESCO, abarca 6 amplias áreas:

  • Conceptos básicos y principios
  • Elecciones libres y honestas
  • Gobierno abierto y responsable
  • Derechos individuales y su defensa
  • Sociedad democrática o civil
  • El futuro de la democracia

En esta edición revisada se aborda también el tema del terrorismo internacional.

Un libro para tener a mano, para consultar de vez en cuando, sobre todo cuando surgen las polémicas y se olvidan las reglas del juego democrático.

miércoles, mayo 20, 2009

La memoria vivida queda viva

Ferran-Cortés escribe en El País Semanal del 26 de abril: “Como adultos, estamos acostumbrados a comunicarnos mediante explicaciones conceptuales. Un código de comunicación que compartimos y que permite que nos entendamos perfectamente entre nosotros. Lo utilizamos cuando nos comunicamos entre adultos y, por extensión, lo utilizamos también con los niños. Pero la mente infantil es poco receptiva a este código. A los niños les cuesta entrar en el significado de los conceptos, y aunque los pueden entender, difícilmente los recuerdan por mucho tiempo. Las explicaciones conceptuales calan muy poco en sus mentes infantiles, y les llegan muy poco… Pero comunicarnos con los más pequeños no es difícil. Exige solamente un cambio de código. Hemos de abandonar las explicaciones conceptuales y cambiarlas por la narración simbólica, es decir, las historias, los cuentos, las metáforas, las vivencias, o cualquier otro recurso narrativo que se nos ocurra… Podemos explicarle a un niño veinte veces la necesidad de comer verduras. Ni le interesará ni lo comprenderá realmente. Pero una buena historia, con un héroe alimentado de verduras (al más puro estilo de Popeye y sus espinacas), le transmitirá perfectamente la idea, y no lo olvidará fácilmente.”

¿Pero no nos pasa un poco lo mismo a los adultos, y sobre todo a los mayores?

Mirad lo que dice Eduardo Punset, casi simultáneamente, en XLSemanal del 26 de abril al 2 de mayo de 2009: “Me encuentro mucha gente que está angustiada porque pierde la memoria. En el discurso colectivo imperante ¿hay alguien que nos recuerde lo último que se ha descubierto en este campo y que podría sosegarnos? En diversos experimentos se ha demostrado que la gente pierde unos 55 minutos todos los días intentando recordar dónde ha dejado un objeto o un número de móvil… Ahora hemos descubierto que la razón de estos agujeros en la memoria tiene poco que ver, en promedio, con la edad o el grado de concentración… Se trata de que, al contrario de los ordenadores, que tienen un sistema de archivo codificado, el nuestro es puramente contextual; es decir, tenemos tendencia a recordar un hecho determinado en función del contexto en que se produjo. Por ello recordamos mejor las cosas que nos han ocurrido en sitios inolvidables que en entornos rutinarios o aburridos… ¿Por qué no intenta profundizar en el concepto del contexto en el que se produjo el hecho olvidado, en lugar de musitar que se olvida de todo porque se hace viejo…?”

La mayoría de la gente tiene una mejor memoria visual que abstracta. Visual, en un contexto real vivido, o imaginada en una historia, un cuento… “Una imagen vale mil palabras”. Es más fácil recordar una imagen que mil palabras…

domingo, mayo 10, 2009

Dos hermanos vitales: el cerebro y el corazón… y el alma, y las cuatro T’s para combatir el estrés. Reflexiones de Joaquín y Valentín Fuster

Dos renombrados científicos, los hermanos Joaquín (*), neurólogo, y Valentín (**) Fuster, cardiólogo, han sido por primera vez entrevistados por el periodista Diego Bagnera (***) en la revista XLSemanal. Unidos, como lo son el corazón y el cerebro. El corazón con “su precisión, su capacidad de adaptación y su autonomía como órgano vital, aunque buena parte de esta autonomía está modulada por el cerebro” (Joaquín Fuster) y el cerebro con “su complejidad; el corazón utiliza la energía para una actividad muy mecánica: impulsar la sangre hacia fuera. El cerebro utiliza energía para coordinar la consciencia. Es más complejo y creo que aún es el gran desconocido.”(Valentín Fuster)

El cerebro manda al corazón. Y desde el estrés puede dañarle. El remedio de Valentín Fuster: las 4 "T": “es importante potenciar las cuatro T: `tiempo´ para reflexionar, `talento´ (no utilizar nuestro talento nos lleva a la neurosis y a la frustración), `transmitir´ (conceptos, sentimientos, proyectos e ideas a los demás; dar más que recibir, en definitiva) y `tutoría´ (ayudar y escuchar a las generaciones que suben, que son el futuro). Es importante incluir frutas y verduras en nuestra alimentación, sí, pero también respetar una dieta de felicidad para cuidar el alma: ser uno mismo, tener tiempo para uno mismo y para los demás, controlar nuestras vidas. Evitar el sobrepeso físico, pero también el mental.”

Y sobre el alma y el espíritu, inalcanzables para las ciencias naturales o exactas, dice Valentín Fuster: “El científico estudia lo tangible. La ciencia es cuantificable. Sin embargo, todo científico se plantea cuestiones no cuantificables aún y, por tanto, entran en el campo de la filosofía o la metafísica. Sin embargo, a veces los científicos caemos en el error de ignorar conceptos que no podemos cuantificar, por miedo o arrogancia. Y hay que salir de esta actitud. Por ejemplo, ¿cómo explicar o cuantificar algo tan intangible como el alma o el espíritu? Muchos pretenden hacerlo. Para un científico, hay dos actitudes ante lo desconocido: si algo no es cuantificable, «no me interesa porque soy científico». O una actitud menos arrogante, por la que yo apuesto: «De acuerdo, no lo entiendo, pero me fascina no entender y observar, simplemente». La ciencia no tiene respuestas para todo”… “el alma, ese misterio de las personas que nos distingue de los otros seres vivos del planeta.”

Última pregunta de Diego Bagnera: Vivimos cada vez más años; ¿sabemos para qué?
Practicando la sabiduría y el amor. “La auténtica sabiduría está justamente en trascender el yo y aprender y comprender nuestro papel en la sociedad humana” (Joaquín Fuster). “Tiene sentido vivir más si uno puede seguir siendo útil a la sociedad, si puedes aportar algo. Ese algo puede ser sabiduría y amor.” (Valentín Fuster)

Hay que hacer caso a los sabios…

(*) Joaquín Fuster, profesor de psiquiatría en la Universidad de California, Premio Fyssen (París, 2000). Investido recientemente doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Madrid.

(**)Valentín Fuster, director de la unidad de cardiología de la clínica del Mount Sinai de Nueva York, presidente del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares en Madrid y de la Asociación Mundial de Cardiología, Premio Príncipe de Asturias 1996.
(***)Diego Bagnera, Primer Premio Nacional Iniciación de Poesía 1997.

domingo, mayo 03, 2009

La ciudad de Mechelen está de fiesta




Este mes de mayo la ciudad flamenca de Mechelen, situada a mitad de camino entre Bruselas y Amberes, celebra su 450 aniversario como sede del arzobispo-cardenal primado de Bélgica. El edificio más conocido el “Sint-Rombouts Toren” la torre de la catedral, de 97 metros de alto, que al mismo tiempo era la atalaya de la ciudad. Se podría compara con lo que la Giralda es para la catedral de Sevilla. Es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Estas atalayas son típicas en las antiguas ciudades flamencas. Son el símbolo del estatuto de la ciudad, de su poder, su libertad y su bienestar. También eran la caja fuerte donde se guardaban los documentos oficiales importantes de los derechos de la ciudad. Desde la torre el guardián daba la alarma cuando había un incendio. Su reloj indicaba el tiempo oficial. Su carillón es de los más importantes de Flandes y es famoso en todo el mundo. (Ver y escuchar el video de un concierto de Jo Haazen en el margen de este blog)

Ser, Saber, Sentir