Dos renombrados científicos, los hermanos Joaquín (*), neurólogo, y Valentín (**) Fuster, cardiólogo, han sido por primera vez entrevistados por el periodista Diego Bagnera (***) en la revista XLSemanal. Unidos, como lo son el corazón y el cerebro. El corazón con “su precisión, su capacidad de adaptación y su autonomía como órgano vital, aunque buena parte de esta autonomía está modulada por el cerebro” (Joaquín Fuster) y el cerebro con “su complejidad; el corazón utiliza la energía para una actividad muy mecánica: impulsar la sangre hacia fuera. El cerebro utiliza energía para coordinar la consciencia. Es más complejo y creo que aún es el gran desconocido.”(Valentín Fuster)
El cerebro manda al corazón. Y desde el estrés puede dañarle. El remedio de Valentín Fuster: las 4 "T": “es importante potenciar las cuatro T: `tiempo´ para reflexionar, `talento´ (no utilizar nuestro talento nos lleva a la neurosis y a la frustración), `transmitir´ (conceptos, sentimientos, proyectos e ideas a los demás; dar más que recibir, en definitiva) y `tutoría´ (ayudar y escuchar a las generaciones que suben, que son el futuro). Es importante incluir frutas y verduras en nuestra alimentación, sí, pero también respetar una dieta de felicidad para cuidar el alma: ser uno mismo, tener tiempo para uno mismo y para los demás, controlar nuestras vidas. Evitar el sobrepeso físico, pero también el mental.”
Y sobre el alma y el espíritu, inalcanzables para las ciencias naturales o exactas, dice Valentín Fuster: “El científico estudia lo tangible. La ciencia es cuantificable. Sin embargo, todo científico se plantea cuestiones no cuantificables aún y, por tanto, entran en el campo de la filosofía o la metafísica. Sin embargo, a veces los científicos caemos en el error de ignorar conceptos que no podemos cuantificar, por miedo o arrogancia. Y hay que salir de esta actitud. Por ejemplo, ¿cómo explicar o cuantificar algo tan intangible como el alma o el espíritu? Muchos pretenden hacerlo. Para un científico, hay dos actitudes ante lo desconocido: si algo no es cuantificable, «no me interesa porque soy científico». O una actitud menos arrogante, por la que yo apuesto: «De acuerdo, no lo entiendo, pero me fascina no entender y observar, simplemente». La ciencia no tiene respuestas para todo”… “el alma, ese misterio de las personas que nos distingue de los otros seres vivos del planeta.”
Última pregunta de Diego Bagnera: Vivimos cada vez más años; ¿sabemos para qué?
Practicando la sabiduría y el amor. “La auténtica sabiduría está justamente en trascender el yo y aprender y comprender nuestro papel en la sociedad humana” (Joaquín Fuster). “Tiene sentido vivir más si uno puede seguir siendo útil a la sociedad, si puedes aportar algo. Ese algo puede ser sabiduría y amor.” (Valentín Fuster)
Hay que hacer caso a los sabios…
(*) Joaquín Fuster, profesor de psiquiatría en la Universidad de California, Premio Fyssen (París, 2000). Investido recientemente doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Madrid.
El cerebro manda al corazón. Y desde el estrés puede dañarle. El remedio de Valentín Fuster: las 4 "T": “es importante potenciar las cuatro T: `tiempo´ para reflexionar, `talento´ (no utilizar nuestro talento nos lleva a la neurosis y a la frustración), `transmitir´ (conceptos, sentimientos, proyectos e ideas a los demás; dar más que recibir, en definitiva) y `tutoría´ (ayudar y escuchar a las generaciones que suben, que son el futuro). Es importante incluir frutas y verduras en nuestra alimentación, sí, pero también respetar una dieta de felicidad para cuidar el alma: ser uno mismo, tener tiempo para uno mismo y para los demás, controlar nuestras vidas. Evitar el sobrepeso físico, pero también el mental.”
Y sobre el alma y el espíritu, inalcanzables para las ciencias naturales o exactas, dice Valentín Fuster: “El científico estudia lo tangible. La ciencia es cuantificable. Sin embargo, todo científico se plantea cuestiones no cuantificables aún y, por tanto, entran en el campo de la filosofía o la metafísica. Sin embargo, a veces los científicos caemos en el error de ignorar conceptos que no podemos cuantificar, por miedo o arrogancia. Y hay que salir de esta actitud. Por ejemplo, ¿cómo explicar o cuantificar algo tan intangible como el alma o el espíritu? Muchos pretenden hacerlo. Para un científico, hay dos actitudes ante lo desconocido: si algo no es cuantificable, «no me interesa porque soy científico». O una actitud menos arrogante, por la que yo apuesto: «De acuerdo, no lo entiendo, pero me fascina no entender y observar, simplemente». La ciencia no tiene respuestas para todo”… “el alma, ese misterio de las personas que nos distingue de los otros seres vivos del planeta.”
Última pregunta de Diego Bagnera: Vivimos cada vez más años; ¿sabemos para qué?
Practicando la sabiduría y el amor. “La auténtica sabiduría está justamente en trascender el yo y aprender y comprender nuestro papel en la sociedad humana” (Joaquín Fuster). “Tiene sentido vivir más si uno puede seguir siendo útil a la sociedad, si puedes aportar algo. Ese algo puede ser sabiduría y amor.” (Valentín Fuster)
Hay que hacer caso a los sabios…
(*) Joaquín Fuster, profesor de psiquiatría en la Universidad de California, Premio Fyssen (París, 2000). Investido recientemente doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Madrid.
(**)Valentín Fuster, director de la unidad de cardiología de la clínica del Mount Sinai de Nueva York, presidente del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares en Madrid y de la Asociación Mundial de Cardiología, Premio Príncipe de Asturias 1996.
(***)Diego Bagnera, Primer Premio Nacional Iniciación de Poesía 1997.
(***)Diego Bagnera, Primer Premio Nacional Iniciación de Poesía 1997.
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