jueves, septiembre 19, 2013

Los culpables de la crisis no leyeron el Evangelio

“El que no lleve su cruz y venga detrás de mí, no puede ser discípulo mío. Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos y ver si tiene para acabarla? No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo: `Éste hombre comenzó a edificar y no pudo terminar.'” (Lucas 14,25-33)

jueves, septiembre 12, 2013

El histórico Estadio de Heysel desaparecerá para construir otro (pero quedan dudas y flecos, y hay polémica)


Después de “La Catedral” de San Mamés, el estadio del Athletic de Bilbao, le toca (¿seguramente, probablemente o posiblemente?) al Estadio de Heysel, en Bruselas, inaugurado en 1930, el año en que nació el príncipe Balduino y centenario de la independencia de Bélgica. Ha sido sometido a varias reformas y fue rebautizado en 1995 como Estadio del Rey Balduino, después de su fallecimiento. Es el estadio más grande de Bélgica. Yo nací y viví cerca del estadio durante más de 30 años. Allí vi ganar el RSC Anderlecht, 1-0 en 1962, contra el Real Madrid, del legendario trio Di Estéfano, Puskas y Gento.
(Fachada del estadio actual)

(Vista desde la última bola del Atomium. Foto R.Aga)

Durante la ocupación alemana cayeron tres bombas en el estadio, lanzadas desde gran altura por los aviones bombarderos americanos, formando tres grandes cráteres en el césped, sin dañar el edificio ni las gradas (¿por precisión o por milagro?).

El estadio fue también el escenario de la mayor catástrofe de la historia del futbol, cuando los “hooligans” de Liverpool se abalanzaron desde arriba en los graderíos sobre los tifosi de la Juventus, situados en la parte de abajo, en la final de la Copa de Europa el 29 de mayo de 1985. Murieron 39 personas (entre ellas 32 italianos) y hubo cerca de 400 heridos. Como castigo, los clubs ingleses no pudieron participar en competiciones europeas durante los 5 años siguientes. Y el Liverpool un año más.

Las excavadoras se meterán en el estadio, probablemente, y se va a construir uno totalmente nuevo en otro sitio cercano, en el Aparcamiento C de la zona de Heysel. El proyecto del nuevo estadio no está aún totalmente definido, y está sobre todo en discusión si va a tener una pista de atletismo o no.  Algunos opinan que sería mejor no derruir el estadio actual y mantenerlo para encuentros de atletismo y dedicar el nuevo exclusivamente al futbol. Se pretende que el nuevo estadio ayudara a que Bruselas pueda ser sede del campeonato europeo de futbol de 2020. Parece que será financiado con dinero privado. Parece que el futbol club Anderlecht también quisiera jugar sus partidos en el nuevo estadio.

El nuevo estadio ha dado lugar a la polémica. Si el actual está situado en Laken, un barrio del municipio de Bruselas y situado en la región autónoma del mismo nombre, el estadio ocupara un terreno de Grimbergen, un municipio de Flandes, y por lo tanto su construcción necesita la autorización del gobierno flamenco. No parece ser del agrado de políticos y vecinos nacionalistas flamencos por temor a una invasión “francófona” en su territorio. Piensan recurrir por vía judicial. Y esto a pesar de que el acuerdo de intención haya sido firmado por el presidente de la Comunidad  Flamenca, el democristiano Kris Peeters, junto con el primer ministro de Bélgica, Elio di Rupo, y el presidente de la Comunidad de Bruselas, Rudi Vervoort, una región mayoritariamente francófona, pero oficialmente bilingüe.

Rudi Vervoort, nacido en Bruselas, tiene apellido flamenco por ser hijo de padre flamenco y madre francófona. Aunque su lengua materna es la de su madre, habla también el neerlandés (se parece al caso de un amigo mío de la infancia). Quiere quitar hierro al asunto lingüístico diciendo que en el estadio se hablará sobre todo inglés.

Lo mejor es ser multilingüista.

martes, septiembre 10, 2013

Salto desde lo alto de la torre de una catedral


El pasado mes de agosto se le ocurrió a Johan Vervoort saltar con su paracaídas desde lo alto de la torre de la Catedral gótica de Nuestra Señora, de Amberes, que mide 123 metros de altura y que es una de las más altas de Europa. Dijo que era su sueño desde que tenía 15 años. Y por fin lo ha cumplido y aterrizó sano y salvo en la plaza de la catedral. Esta práctica se llama “Salto Base”, en inglés “Base Jump”, por las iniciales de: Building (edificio), Antenna (antenas, torres de tendido eléctrico, etc.), Span (arco de un puente), Earth (tierra, p.ej. a un precipicio). Johan Vervoort, de la pequeña ciudad de Herentals cerca de Amberes, es un especialista del “basejumping”, y ha realizado cientos de saltos, entre ellos desde la Torre Eiffel, las Torres Petronas de Kuala Lumpur, etc.

Sus amigos grabaron un video del salto y lo colgaron en Youtube. Lo que pasa es que también la policía y la justicia belga miran los videos de Youtube y para Johan Vervoort puede tener consecuencias inesperadas porque la policía le ha abierto un expediente e investiga el caso. ¿Es punible saltar desde la torre de una catedral? Parece que no, que esto no está prohibido. Le han expedientado por entrar sin permiso en la catedral cuando estaba cerrada y subirse a la torre usando el ascensor de servicio.


Curiosamente, lo más difícil no es saltar desde los edificios más altos, sino desde los más bajos por disponer de muy poco tiempo para abrir el paracaídas.  De esto Johan Vervoort tiene el record mundial, por haber saltado en paracaídas desde una torre de tan solo 22 metros, en su ciudad de Herentals.

Ser, Saber, Sentir