lunes, febrero 24, 2014

¿Soy de donde soy o soy de donde estoy? ¿O simplemente soy?


¿Qué es la identidad de una persona? Según la RAE significa el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás”, y también la “conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás”. El Wikcionario casi lo repite: “Conjunto de características que definen a un individuo en particular” y “Conciencia que el individuo tiene de sí mismo”, y da como sinónimo de identidad “individualidad”.

Por lo tanto no tiene por qué depender de tu lugar de origen, ni del lugar donde resides, ni necesariamente de alguna lengua.

¿Qué opina de la identidad nacional? Pregunta Iñaki Esteban a Francesc de Carreras en una entrevista en El Correo. Francesc de Carreras es escritor y Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de Barcelona, que acaba de recibir el Premio de Periodismo de EL CORREO por su artículo “¿De dónde soy?”.

“Pensar que la identidad es nacional, regional o comarcal no tiene sentido. Yo escojo entre las posibilidades que me ofrece el mundo y que considero razonablemente como las mejores. Cada uno tiene múltiples opciones para elegir su manera de ser. Y tenemos que aprender a convivir con gente diversa pero sabiendo que la libertad consiste en elegir quiénes somos”, contesta Francesc de Carreras

Y cuando alguien le pregunta de dónde es suele contestar “Yo digo que he nacido en Barcelona. De entrada, nunca pregunto de entrada de dónde eres. Eso te clasifica. Si saben que eres catalán, estás fuera de Cataluña e invitas a una ronda de cervezas, la gente se sorprende y te dice: 'No pareces catalán'. Y si no pagas, piensan: 'Ya se ve que éste es catalán'. Es la identidad como fatalidad: como si por haber nacido en un sitio me tuviera que comportar de una manera muy determinada y no pudiera ser quien quiero ser.”

Luego está la lengua. ¿Es un factor de identidad?, pregunta el entrevistador. Y Francesc de Carreras responde, “sí, pero ya hay muchas personas que hablan dos, tres y cuatro lenguas. Todas ellas son enriquecedoras porque te abren el horizonte a otras culturas y a otras mentalidades. La identidad es algo dinámico. A los dieciocho años no te quedas parado. Las posibilidades de evolución son continuas. Eres distinto a los dieciocho, a los cuarenta y a los sesenta. Las experiencias te van modulando si consigues aprender de ellas. Sería de tontos permanecer estáticos, mantener la misma identidad durante toda la vida.”

Totalmente de acuerdo con Francesc de Carreras sobre su concepto de identidad dinámica de una persona. Yo mismo he experimentado este concepto.



Nací, de padres flamencos, en Bruselas, ciudad bilingüe francés-neerlandés. Mi lengua materna era y es pues el neerlandés-flamenco, pero desde niño tenía buenos amigos con los que hablaba también a diario en francés. Después de casarme en Bilbao con una mujer vasca de nacionalidad española vivimos un tiempo en Flandes. Al de unos años nos mudamos a Madrid con la familia y después al País Vasco y cambié la nacionalidad belga por la española (*) por razones prácticas y para tener no solo obligaciones sino también derechos. Así que si me preguntan de dónde soy, digo que soy de Bruselas, porque mis orígenes están allí. Y que mi nacionalidad formal es española, porque lo dice el DNI. Sin embargo mi verdadera nacionalidad es informal, y cuando me preguntan por mi nacionalidad digo que tengo 6. Que soy y me siento flamenco, belga, español, vasco (“de Bilbao” porque para ser “de Bilbao” no hay que haber nacido allí), europeo (tengo un pasaporte que lo formaliza) y global, porque formo parte de la humanidad global. (El que quiere saber más, que pinche aquí)

Si me quieren ‘identificar’ en base a la lengua lo tienen bastante difícil. Pues, como es debido con tantas “nacionalidades” formales y no formales, hablo neerlandés (mi lengua materna y paterna, con acento flamenco), francés (por ser “de Bruselas”), español (por ser español y por haber vivido aquí más tiempo que en mi país natal). Mi signatura pendiente es el euskera, la más difícil por ser muy diferente (pero para compensar este ‘gap’ canto el “Gure Aita” en la Misa). Me defiendo en inglés, la lengua internacional, y sé leer y decir frases sencillas en alemán (se me ha olvidado mucho por no practicar).

He tenido y tengo familiares y buenos amigos flamencos, francófonos belgas y franceses, alemanes, españoles y vascos. Porque me importa más cómo son que de dónde son o de dónde viven, o de qué lengua hablan. Estaba a gusto en los sitios que he vivido y estoy muy a gusto en el que estoy viviendo.

Merece la pena leer el artículo entero con el que Francesc de Carreras ganó el premio de El Correo. Para abrir la mente a más amplios horizontes y más allá de las banderas de las que muchas veces se abusa. Solo hace falta hacer clic con el ratón.

(*) Según comunicado del Juzgado Municipal de Getxo del 3 de Diciembre de 1975, pocos días después de la muerte de Franco (20 Noviembre 1975), por Orden del Ministerio de Justicia del 14 de Octubre de 1975 (el mismo día que, como dice Wikipedia, Franco "empezó su deterioro físico" ,y continúa: " el 25 de octubre se le administró la extremaunción y, desde entonces, fue mantenido vivo por su entorno intentando una solución sucesoria acorde con sus intereses. Tras su muerte, los mecanismos sucesorios funcionaron y Juan Carlos de Borbón y Borbón, príncipe de España, «aceptando los términos de la legislación franquista», fue proclamado rey, siendo aceptado con escepticismo tanto por los adeptos al régimen como por la oposición democrática. Posteriormente, Juan Carlos desempeñaría «un papel central en el complejo proceso de desmantelamiento del régimen franquista y en la creación de la legalidad democrática»".

jueves, febrero 20, 2014

Hoy es el Día Mundial de la Justicia Social


Así lo define la ONU en su página web dedicada a este día:

“La justicia social es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro y entre las naciones. Defendemos los principios de justicia social cuando promovemos la igualdad de género o los derechos de los pueblos indígenas y de los migrantes. Promovemos la justicia social cuando eliminamos las barreras que enfrentan las personas por motivos de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad.

Para las Naciones Unidas, la búsqueda de la justicia social para todos es el núcleo de nuestra misión global para promover el desarrollo y la dignidad humana. La adopción por la Organización Internacional del Trabajo de la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo sobre la justicia social para una globalización equitativa es sólo un ejemplo reciente del compromiso del sistema de las Naciones Unidas para la justicia social. La Declaración se centra en garantizar resultados equitativos para todos a través del empleo, la protección social, el diálogo social, y los principios y derechos fundamentales en el trabajo.

La Asamblea General proclamó el 20 de febrero Día Mundial de la Justicia Social en 2007, al invitar a los Estados Miembros a dedicar este día especial a promover, a nivel nacional, actividades concretas que se ajusten a los objetivos y las metas de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social y el vigésimo cuarto período extraordinario de sesiones de la Asamblea General.”

“Erradicar la pobreza extrema y el hambre”: Punto 1º de los Objetivos de Desarrollo del Milenio

 
El año pasado el Secretario General de las Naciones Unidas emitió este mensaje:

“Al celebrar el Día Mundial de la Justicia Social, son muchos los lugares en que las oportunidades aumentan para unos pocos mientras que la gran mayoría solo ve ampliarse la desigualdad.

La creciente desigualdad menoscaba los progresos realizados por la comunidad internacional a la hora de sacar a millones de personas de la pobreza y crear un mundo más justo.

La brecha se observa en la contracción de los salarios de las mujeres y los jóvenes y el acceso limitado a la educación, los servicios de salud y el empleo decente.

Debemos fortalecer y consolidar las instituciones y formular políticas que promuevan un desarrollo inclusivo.

Al aprobar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los dirigentes mundiales se comprometieron a crear un mundo más equitativo y justo. Se han realizado importantes avances en pro de la ampliación de las oportunidades de trabajo decente, el fortalecimiento de la protección social y la mejora de los servicios públicos.

Sin embargo, a pesar de estos avances, miles de millones de personas dependen urgentemente de nuestros esfuerzos concretos y persistentes. Debemos acelerar nuestra labor para cumplir los ODM en el plazo fijado de 2015 y a la vez ir más allá para definir nuevos objetivos de desarrollo sostenible.

En nuestro empeño por crear el mundo que queremos, redoblemos nuestros esfuerzos para lograr un modelo de desarrollo más inclusivo, equitativo y sostenible, basado en el diálogo, la transparencia y la justicia social.”

Hasta hace poco se hablaba del desequilibrio entre los países desarrollados y los del “tercer mundo”. Hoy observamos grandes desequilibrios dentro de los propios países desarrollados. La llamada brecha entre ricos y pobres. El crecimiento en direcciones opuestas: Crece la riqueza de los ricos y crece la pobreza de los pobres. Se habla de esto casi todos los días, no solo en este día de la ONU.

Es preciso actuar.
Ser, Saber, Sentir