sábado, abril 30, 2011

Un gato y muchos humanos baten records mundiales de ruido

El ruido es lo opuesto al silencio, que es “el idioma que hablamos todos cuando nos callamos”, como dijo el conocido columnista Manuel Alcántara. Pero cuando nos ponemos en el otro extremo y nos ponemos a gritar, hablamos todos el idioma de los decibelios. Y algunos baten marcas mundiales.

Allí está el ejemplo el gato Smokey, de la señora Adams de Pitsford en Northampton, que alcanzó 92 decibelios ronroneando. El mismo ruido que experimentas cuando estas mirando a un Boeing 737 que hace la maniobra de aterrizaje, afirman en Mail Online, la versión de internet del Daily Mail. O el equivalente del ruido que mete un coche que pasa a unos metros de nosotros. Y según su ama, “suena como si una paloma se ha atascado en su garganta”. En el libro de los Records de Guinness parece que hay un apartado para el ronroneo de los gatos. Pero lo de Smokey no les parece todavía bastante fuerte…



Pero Smokey es una excepción, según el profesor Rudi D’Hooge del Laboratorio para Psicología Biológica del la Universidad de Lovaina -KU Leuven- en la revista Campuskrant. Normalmente el ronroneo de un gato es más silencioso y lo emite cuando se siente a gusto. Aunque no siempre. “Por ejemplo las gatas que sufren porque están pariendo o los gatos que se han roto una pata, también ronronean”, dice Rudi D’Hooge, “Ronronear es una señal de vulnerabilidad emitido conscientemente, un aviso para decir ‘no soy peligroso’. La gata lo usa para dar a entender a sus cachorros que están a salvo y que pueden mamar tranquilamente”.

El ser humano que se siente a gusto tiene varias maneras de disfrutar: en silencio, cantando, roncando o gritando. Los hay que cantan en la ducha. Pero hay una excepción, dijo el humorista norteamericano Robert Charles Benchley: “La ópera es el sitio en el que cuando se apuñala a alguien por la espalda, en lugar de morirse, canta.”

Y los hay que baten records gritando para figurar en el Libro de los Records.

Los estudiantes de Lovaina lo consiguieron una tarde del mes de marzo en la Plaza de Monseñor Ladeuze durante el Beiaardcantus (la Tarde de Canciones del Carillón de la Biblioteca Central). El grito unísono que salía de 3200 gargantas estudiantiles dio en el medidor de ruido 129,9 decibelios. Habían roto el record mundial de gritar en masa detenido por unos scouts finlandeses que alcanzaron los 127,2 decibelios en 2005. Los hinchas del Galatasaray de Estambul les ganan, aunque por muy poco, en la categoría de “gritos de una masa en un estadio”. El 18 de marzo alcanzaron 131,76 decibelios. Ver el video. Pero estoy seguro que "los de Bilbao", los del Athletic, no tendrían nigún problema de superarlo en "La Catedral" de San Mamés, con el grito ¡Athleeeeeeeeeeeetic!


Para los que quieren gritar sin romperse la garganta existe una máquina, ‘the horror sound machine” comercializada por la empresa Prankplace, que puede emitir dieciséis tipos de ruidos, entre ellos por ejemplo el grito de una mujer asustada, un cuervo graznando, un búho ululando, el cacareo de una bruja, el ruido de un fantasma, etc. Una recomendación: no usarla en casa. Podrías tener problemas con el vecino de al lado o el de arriba.

jueves, abril 14, 2011

La paradoja lingüística de Bruselas

Bruselas, capital de Europa, de Bélgica y de las comunidades francófona y flamenca, es oficialmente bilingüe francés-neerlandés, pero es actualmente de facto mayoritariamente francófona, entre un 80 y 90 por ciento. Sin embargo se está observando un hecho paradójico e insólito. Las escuelas de habla neerlandesa están sufriendo una falta crónica de plazas, y se prevé en los años que vienen un boom de población que solo agravará la situación. La revista Flanders Today ha hecho una mirada a las causas de este problema y los pasos que se han dado para resolverlo.

La situación actual de una falta crítica de espacio en las escuelas de habla neerlandesa viene en gran medida de un crecimiento de la demanda y de la falta de tener en cuenta la tendencia de su aumento en el pasado. Mucha de la demanda nueva ha venido de familias en las que no se habla neerlandés en el hogar. Meter a los niños en una escuela de habla neerlandesa les da mayores oportunidades en una capital bilingüe.

Cuando la competición por las places se hacía más cruda, el gobierno flamenco introdujo en 2002 un decreto fijando criterios de admisión para las escuelas primarias. Se daba prioridad a los hermanos de alumnos ya inscritos: el 45% de las plazas restantes se reservaban para niños de habla neerlandesa; y también se daba alguna prioridad a niños de grupos desfavorecidos. La revista cita el ejemplo de una escuela en la que actualmente solo el 1% de los alumnos son de un hogar en el que ambos padres son de habla neerlandesa; un 10% son de hogares bilingües neerlandés-francés; el 80% son de hogares en los que se habla francés.

Así que la situación se hacía especialmente difícil para los primeros nacidos. Con el tiempo las plazas para hermanos fueron ocupándose, incluidos los hermanos de familias en las que no se hablaba neerlandés, y pocos sitios quedaban para el resto. Los padres de chavales sin prioridad tienen que presentarse un día específico para pedir una de las pocas plazas que quedan, y que se conceden según el orden de llegada.

Entonces se presenta el hecho insólito de ver a padres acampando delante de las puertas de las escuelas primarias en tiendas y sacos de dormir (como si se tratase de adquirir entradas para un partido de futbol importante). Y parece que habrá que vivir todavía cierto tiempo con esta imagen. Algunos han decidido mudarse a áreas flamencas en los alrededores de Bruselas, donde tienen más probabilidad de encontrar plazas en la escuela, lo cual diluye todavía más la presencia de habitantes de habla neerlandesa en la capital.

Bruselas está esperando en su totalidad unos 200.000 nuevos residentes en los próximos 20 años, muchos de ellos inmigrantes. Esto dará lugar a la necesidad de 15000 nuevas plazas de alumnos, que, de acuerdo con el reparto de la población, significa del orden de 3000 plazas adicionales en escuelas de habla neerlandesa.

El Ministro de Educación, Pascal Smet, ha adaptado recientemente un decreto que aumenta la cuota de los de habla neerlandesa a 55%, lo cual dio origen a una queja legal a la Corte Constitucional por la Comunidad Francófona. Sus escuelas en Bruselas también sufren una falta de plazas, y una petición anterior para que las escuelas de habla neerlandesa acepten más hijos de familias inmigrantes cayeron en oídos sordos.

Algunas cosas están cambiado en Bruselas. “Durante muchos años, nosotros los flamencos nos quejábamos de que ‘ellos’ (los francófonos) no querían aprender el neerlandés”, dijo el parlamentario flamenco Sven Gatz. “Ahora un importante número de ‘ellos’ están veniendo a nuestras escuelas”

El caso es que Bruselas no es la única ciudad que se enfrenta al problema de falta de plazas en las escuelas. También lo sufre Amberes, la segunda ciudad más poblada de Bélgica. Igual que Bruselas está enfrentándose a una “bomba de reloj” demográfica y necesitará 20 nuevas escuelas primarias en 2020 y el equivalente de 60 secundarias en 2025. Esto va a suponer un gran esfuerzo en inversiones en los próximos 10 años.
Ser, Saber, Sentir