sábado, julio 24, 2010

La crisis golpea más a los más débiles y despierta la caridad

El panorama no es para el optimismo. En su Memoria 2009, Caritas Bizkaia hace un análisis de la situación, que expresa en una palabra muy escuchada hoy: crisis.


Celebración del Dia de la Caridad en la Parróquia de la Santísima Trinidad de Algorta


Leo:



“Tres lustros de crecimiento económico (1993-2007) no habían conllevado un desarrollo social parejo; al contrario, las diferencias entre las rentas más altas y las más bajas habían aumentado.”

“La crisis está golpeando más duramente a los ‘últimos’, aquellas personas que ya estaban en situación de exclusión y – sobre todo – a un gran número de personas que se hallaban en situación de vulnerabilidad o de riesgo de exclusión, cuya situación ha empeorado mucho estos dos últimos años. Evidentemente, estas personas son las que menos culpa han tenido de esta crisis y – sin embargo – quienes más están sufriendo sus consecuencias.”

“En Caritas Bizkaia, la crisis ha supuesto un incremento superior al 80% tanto en ayudas solicitadas al programa de Acción Social de Base, como de personas que se han acercado a solicitarlas. Además de nuestra acción habitual, se ha hecho un importante esfuerzo para paliar en cierta medida los efectos de la crisis, gracias al ‘Plan de Acción de Caritas Bizkaia frente a la Crisis’ que se presentó a finales de 2008 y cuyo desarrollo es5tá teniendo lugar en 2009 y 2010.

“Como aspecto positivo queremos recalcar el importante aumento de la solidaridad con las personas que peor lo están pasando a través de Caritas Bizkaia. Así, en 2009 el número de personas socias y donantes aumentó el 11,5% y el montante total de sus cuotas creció un 6%; los donativos se incrementaron en un 40% respecto a 2008 y las colectas en las Parroquias de Bizkaia crecieron también un 25%. De la misma manera, el número de personas voluntarias se incrementó un 4,5% en 2009.”

El informe completo se puede descargar aquí.

Hasta aquí el análisis de Caritas. Es evidente que la situación no puede seguir así. Que la brecha enorme entre ricos y pobres no puede mantenerse. Que esto no es sostenible. La caridad es un parche, no la solución al problema. Un problema que se deriva de una crisis de valores. El problema de un mundo demasiado ego centrista. ¿Para qué uno necesita ingresos de 600.000€ (Cien millones de las antiguas pesetas) o más, cuando con bastante menos se puede vivir muy holgadamente? Hay que reconocer que algunos de los que tienen ganancias de hasta 7 dígitos por lo menos dedican una parte sustancial a obras benéficas y no hacen ostentación de ni alarde de su riqueza. O que reinviertan gran parte de sus ingresos en un negocio y crea empleo, y llevan ellos mismos una vida sin excesos ni lujos. Pero, ¿cuántos son? La solución verdadera a la crisis no es la caridad: es aplicar los derechos humanos hasta sus últimas consecuencias. Es la educación en valores humanos.

En el año 2005, o sea antes de la crisis, estuve de viaje en los Países Bajos y leí en un periódico local que en la asamblea de una empresa eléctrica holandesa importante los accionistas habían protestado en coro por el alto bono que pensaba adjudicarse a si mismo su presidente (aparte de su ya alto salario). El presidente tuvo el gesto (forzado) de donarlo a una obra benéfica, y recibió los aplausos de la asamblea. ¿En cuántas asambleas ocurrirá esto?

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