“Los idiomas, con su compleja imbricación con la
identidad, la comunicación, la integración social, la educación y el
desarrollo, son factores de importancia estratégica para las personas y para
todo el planeta. Sin embargo, a causa de los procesos de mundialización, pesa
sobre las lenguas una amenaza cada vez mayor de extinguirse o, en algunos
casos, algunas ya están desapareciendo completamente. Con la extinción de los
idiomas mengua también la rica urdimbre de la diversidad cultural. Se pierden
posibilidades, tradiciones, recuerdos, modalidades únicas de pensamiento y
expresión; recursos valiosos necesarios para lograr un futuro mejor.
Es probable que más del 50% de los casi 7000 idiomas
que se hablan en el mundo desaparezcan en unas pocas generaciones y el 96% de
ellos son la lengua hablada de apenas el 4% de la población mundial. Tan solo
unos pocos centenares de idiomas han tenido el privilegio de incorporarse a los
sistemas educativos y al dominio público, y menos de un centenar se utilizan en
el mundo digital.
La diversidad cultural y el diálogo intercultural,
el fomento de la educación para todos y la creación de las sociedades del
conocimiento son factores fundamentales para la labor de la UNESCO. Pero
esos cometidos no son posibles sin un amplio compromiso internacional orientado
a promover el plurilingüismo y la diversidad idiomática, lo que incluye la
preservación de las lenguas en peligro de desaparición.”
(Palabras particulares de distintos países en la web de la ONU)
Plurilingüismo. Es la palabra clave
para entenderse con un mayor número de personas posibles en el mundo. Hoy es mucho
más fácil que antes. Puedes mantener contacto con amistades, sin fronteras
(p.ej. por WhatsApp, las redes sociales, email). Puedes leer y escuchar las
noticias online de cualquier país en la lengua que eliges. Ver películas en You
Tube en versión original… Ser plurilingüe te abre caminos profesionales.
Conocer varias lenguas es hoy indispensable en tu currículo para encontrar un
empleo de calidad, aquí y en el extranjero.
¿Cuál es mi
lengua materna? Ya no estoy seguro. Cuando era joven sí lo estaba: era la de mi
madre, el flamenco (el neerlandés hablado por los flamencos). Pero ahora también
tengo otra, la de mi “madre política”, el español o castellano (que empecé a
aprender con discos “Asimil” durante la
mili en 1960). En cierto modo también el francés porque de niño jugaba con un
niño francófono, vecino mío en mi ciudad natal, Bruselas. Y en la calle hablábamos
el dialecto de Bruselas, una mezcla de flamenco y francés con
acento típico. “ Chaval” en bruselense significa “Ket”. Un médico, Profesor Emérito de la
Universidad de Lovaina, Dirk Lahaye, que fue compañero mío de secundaria en
el colegio de Jette (un municipio del área metropolitana de Bruselas), ha
escrito un libro, en gran parte en dialecto de Bruselas: “De Ket
van Jette”. Mi padre y yo estamos en la foto de la portada (foto del autobús que
llevó el coro del colegio a Lourdes) pero nadie podrá reconocerme, porque entonces era un "ket". La lengua materna
no tiene edad, la cara de una persona sí.
Hoy tenemos que desempolvar los diccionarios lingüísticos
de nuestras bibliotecas. Pero es mejor tenerlos siempre a mano. Usar el
traductor de Google no es suficiente. Es una buena ayuda para entender un idioma. Para
escribir en él también ayuda pero no es suficiente, tiene una inteligencia “artificial”
imperfecta, no “real”. Un buen profesor o profesora, sí ayuda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario