Pero lo importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña, detrás de cada línea de llegada, hay una de partida; detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo; si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas, sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en tí.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota; cuando no puedas trotar, camina; cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero nunca te detengas."
Madre Teresa de Calcutta (1910-1997), albanesa de nacimiento con el nombre Gonxha Agnès Boiaxhiu, de nacionalidad india, mujer menuda con un corazón enorme.
Hay personas que terminan su vida antes de morir, algunos mucho tiempo antes, cansados de la vida porque no la han vivido. O porque han vivido solos, a pesar de haber estado rodeados de gente, cuando vivir es vivir con los demás. Algunos dicen, a los 65 años o menos: "He trabajado toda mi vida, ahora toca descansar". Solo hay que descansar cuando se está cansado. Siempre descansa el que siempre está cansado, el que ya no tiene ilusión, el que ya no es capaz de soñar. No puede descansar, porque ha dejado de cansarse, ha dejado de vivir. Ya no "es", solo "está".
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