Estamos en Cuaresma. Cuaresma es una palabra que hace pensar en religiones. Para muchos la Cuaresma es cosa exclusiva para los católicos “practicantes”. ¿El castigo purificador del cuerpo pecaminoso del católico? Para un ateo es quizás un sinsentido.
La Cuaresma significa abstinencia, ayuno. Practicar la abstinencia o el ayuno puede tener sentido, un sentido social, si es un acto solidario. Y es solidario, si lo que se ahorra haciendo el sacrificio de la abstinencia o del ayuno, se traslada a los que no tienen para comer. Dar sin hacer un sacrificio, dar de lo que sobra, tiene poco merito. “El hambre no es un problema de disponibilidad de alimentos. Es un problema de distribución – y de codicia, discriminación, guerras y otras
tragedias”, dijo Josette Sheeran, Directora Ejecutiva del Programa Mundial de la Alimentación de las Naciones Unidas, el pasado 3 de febrero en su discurso en el Vaticano. “Quisiera asegurarles a todos y cada uno que cuando se trata del hambre, vosotros podéis hacer la diferencia. Alimentar a los hambrientos es un acto profundo de amor, y restaura la dignidad a una madre o a un padre que no tienen nada para dar a su niño moribundo. Mahatma Ghandi dijo que para un hombre hambriento, un trozo de pan es la imagen de Dios. Dejad creernos en el milagro de un mundo sin hambre.” Josette Sheeran advirtió que los gobiernos han encontrado miles de millones de dólares para planes de salvamento de instituciones financieras debilitadas. “Si reservaran tan solo el 0,7 por ciento de estos fondos a un “paquete de salvamento”, podrían alimentar el número creciente de gente con hambre”, aseveró, “podríamos acabar con el hambre de niños escolares de la noche a la mañana si bastante gente entrara a participar”. “Los paquetes de salvamento financiero no debe servir solo para Wall Street o Main Street, pero también para los sitios donde no hay calles”, encomió Josette Sheeran.
La Cuaresma significa abstinencia, ayuno. Practicar la abstinencia o el ayuno puede tener sentido, un sentido social, si es un acto solidario. Y es solidario, si lo que se ahorra haciendo el sacrificio de la abstinencia o del ayuno, se traslada a los que no tienen para comer. Dar sin hacer un sacrificio, dar de lo que sobra, tiene poco merito. “El hambre no es un problema de disponibilidad de alimentos. Es un problema de distribución – y de codicia, discriminación, guerras y otras
tragedias”, dijo Josette Sheeran, Directora Ejecutiva del Programa Mundial de la Alimentación de las Naciones Unidas, el pasado 3 de febrero en su discurso en el Vaticano. “Quisiera asegurarles a todos y cada uno que cuando se trata del hambre, vosotros podéis hacer la diferencia. Alimentar a los hambrientos es un acto profundo de amor, y restaura la dignidad a una madre o a un padre que no tienen nada para dar a su niño moribundo. Mahatma Ghandi dijo que para un hombre hambriento, un trozo de pan es la imagen de Dios. Dejad creernos en el milagro de un mundo sin hambre.” Josette Sheeran advirtió que los gobiernos han encontrado miles de millones de dólares para planes de salvamento de instituciones financieras debilitadas. “Si reservaran tan solo el 0,7 por ciento de estos fondos a un “paquete de salvamento”, podrían alimentar el número creciente de gente con hambre”, aseveró, “podríamos acabar con el hambre de niños escolares de la noche a la mañana si bastante gente entrara a participar”. “Los paquetes de salvamento financiero no debe servir solo para Wall Street o Main Street, pero también para los sitios donde no hay calles”, encomió Josette Sheeran. 
Visto así, la Cuaresma, en su sentido de solidaridad con los pobres no es monopolio de los católicos, es también para no creyentes, aunque le den otro nombre. Si la Cuaresma tiene un tiempo limitado entre fechas del calendario religioso, esto es solo simbólico. La austeridad habría que aplicarla todo el año. Los pobres no solo tienen hambre durante 40 días, el periodo de una cuaresma.
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