lunes, agosto 03, 2009

Evolución y Creación, ¿Contradictio in terminis?

Leí hace unos días en el periódico digital flamenco De Standaard que ha empezado a circular en Flandes un libro creacionista que lleva el título “Evolución o creación - ¿Qué te crees tú?” (Título original: “Evolutie of Schepping - ¿Wat geloof jij?”). Un folleto sobre el libro se puede descargar de la página web Creatie.info, de la Fundación de la Biblia Reformada (Gereformeerde Bijbelstichting) de Leerdam, Países Bajos. Es una fundación de la Iglesia Protestante de este país. El libro ya fue distribuido anteriormente en Holanda, y parece que la intención es traducirlo en otras lenguas.

El folleto de 8 páginas está dividido en 5 capítulos en los que, en resumen, se dice y se pregunta:

  1. Nuestras ideas determinan lo que vemos según las gafas que llevamos. Preguntan “¿Queremos ver a la naturaleza como una creación hecha por un Dios omnipotente, o no queremos?”
  2. ¿Quién es Dios? “La Biblia dice que Dios ha creado a los animales como especies diferentes, pero que Dios ha creado el hombre según la imagen de Dios. “¿Cuál es la diferencia más importante entre un mono y un ser humano?”
  3. Clases de ciencias. Distingue entre la “ciencia técnica” (la experimental), y la “ciencia histórica” (La que intenta explicar hechos del pasado).
  4. ¿Qué funciona por si mísmo? (Afirma que según la teoría de la evolución que el mundo biológico es el resultado de una evolución a partir de un ser vivo monocelular que se formó por generación espontánea…)
  5. Un par de hechos (Habla de los fósiles, las capas terrestres, las catástrofes naturales, y “hechos” que parecen estar en contradicción con la evolución)

En un último capítulo sacan 4 conclusiones:

  1. No se puede demostrar técnicamente que el hombre ha aparecido en la tierra por una creación o por una evolución.
  2. La historia se escribe desde un punto de vista determinado, con un fin determinado.
  3. En los libros de la enseñanza secundaria se intenta hacer aceptable la teoría de la evolución. Para ello se usan demostraciones que no son en absoluto una prueba o hasta son incorrectas.
  4. Puedes elegir: creer lo que cuenta la teoría de la evolución sobre la historia de la formación
    del hombre o creer lo que dice la Biblia
    (textualmente).

Los razonamientos son bastante simplistas... y tendenciosos. En resumen, solo tenemos dos opciones entre las que elegir. Y nos sugieren cual tenemos que elegir. Más cómodo no puede ser, para el que no quiere esforzarse.

Tienen razón diciendo que la creación por un Dios es una cuestión de creencia. Se puede creer que Dios creó el hombre como lo dice textualmente la Biblia, pero también de otra forma que no esté en contradicción con la teoría de la evolución, una teoría que también evoluciona según el avance de la ciencia. Hoy la teoría de la evolución ya no se limita a la selección natural de Darwin.

Hoy se llama la “teoría evolutiva moderna” que se basa en los conocimientos actuales de la genética que está jugando un papel esencial en la evolución de los seres vivos.

Según leo en la Wikipedia, “la llamada síntesis evolutiva moderna es una robusta teoría que actualmente proporciona explicaciones y modelos matemáticos sobre los mecanismos generales de la evolución o los fenómenos evolutivos, como la adaptación o la especiación. Como cualquier teoría científica, sus hipótesis están sujetas a constante crítica y comprobación experimental.”

También dice la Wikipedia: “En lo referente a la opinión de la Iglesia católica, está de acuerdo con un creacionismo que se podría llamar de tipo pro-evolución teísta ya que no interpreta el Génesis de manera estrictamente literal, y no ve contradicción de la doctrina filosófica y religiosa de la Creación (que explica el origen del universo a partir de la nada), con la teoría de la evolución biológica. En este sentido, el Papa Benedicto XVI también aclara que las ciencias naturales en general y la evolución en particular no pueden explicarlo todo.”

Los textos más antiguos conocidos del Génesis, o Antiguo Testamento, escritos en hebreo, datan de dos siglos antes de la era cristiana y están contenidos en los Manuscritos del Mar Muerto o Rollos de Qumrán hallados en una gruta situada en Qumrán, a orillas del mar Muerto. Están escritos en un lenguaje entendible por la gente de la época. Una época muy anterior a la era de la ciencia que conocemos. Pero miles de millones de años después de que ya existieron la fotosíntesis (3000 millones de años), la respiración celular aeróbica (2000 millones) y organismos pluricelulares simples, tanto plantas como animales en los océanos (1000 millones) según revela la ciencia moderna, y que no se explica en la Biblia porque en el momento que se escribió no se conoció. Además, la Biblia no explica ni pretende explicar la creación científicamente. No es un texto científico-histórico. Y la existencia de lo espiritual o de lo sobrenatural no se puede demostrar por la ciencia natural. Y ninguna filosofía, ideología o creencia puede explicar los hechos naturales científicamente. Son planos paralelos separados que pueden ser complementarios pero no necesariamente contradictorios. Evidentemente uno es libre de creer que todo ocurrió como está escrito textualmente en la Biblia. Uno es libre de no de creerse lo que dice la ciencia. Uno es libre de creer o no creer que existe Dios.

Yo prefiero reflexionar en la línea de los pensamientos, impregnados de relatividad, del más grande de los científicos del Siglo XX (¿y de todos los tiempos?), Albert Einstein, que creyó con humildad en un Dios creador. Einstein reconoció:

“Lo que veo en la naturaleza es una estructura magnífica que podemos conocer únicamente de forma imperfecta, y que debe llenar una persona que reflexiona con un sentimiento de humildad. Es un sentimiento genuinamente religioso que no tiene que ver nada con el misticismo”. Einstein reconoció también que “El espíritu humano no es capaz de entender el universo. Somos todos como un niño pequeño que entra en una enorme biblioteca. Los muros están cubiertos hasta el techo con libros en diversas lenguas. El niño sabe que alguien debe haber escrito estos libros. No sabe ni quien ni como. No conoce la lengua en la que están escritos. Pero el niño observa un plan preciso en la disposición de los libros… Un orden misterioso que no comprende, pero que sospecha solo vagamente”… “La única fuente del conocimiento es la experiencia”… “Una cosa que he aprendido en una larga vida: que toda nuestra ciencia, medida contra la realidad, es primitiva e infantil – y aún así es la cosa más preciosa que tenemos”… “En la medida que las matemáticas se refieren a la realidad, no son certeras, y en la medida que son certeras, no se refieren a la realidad”… “Quiero saber cómo Dios creó este mundo”… “Quiero conocer los pensamientos de Dios, el resto son detalles”… “Dios es sutil pero no es malicioso”… “Estoy convencido que Él no juega a los dados”… “La ciencia sin religión es coja. La religión sin ciencia es ciega”… “Mi religión consiste en la admiración humilde del espíritu superior ilimitado que se revela en pequeños detalles que somos capaces de percibir con nuestra mente frágil y débil”… “Tenemos que tener cuidado de no hacer de nuestra inteligencia nuestro Dios. Tiene desde luego unos músculos potentes, pero no tiene personalidad”… “La cosa más importante es nunca parar de hacerse preguntas. La curiosidad tiene su propia razón de ser”.

Las leyes de la naturaleza ya estaban en la naturaleza antes que se escribía la Biblia. Existían antes que existían los seres vivos. Existían desde el principio del universo, que no sabemos cuando era este principio ni cómo era. Existían antes del Big Bang. Existen desde que existe la energía y la materia, que según la teoría de la relatividad pueden convertirse la una en la otra. Energía y materia son las únicas cosas que se pueden medir con el experimento. La materia la vemos. Cuando desaparece y se convierte en energía ya no la vemos. La energía es un concepto abstracto. No hay foto de la energía. Sin embargo sabemos que existe porque vemos, sentimos y podemos medir sus efectos y su capacidad (la luz, el calor, el movimiento, la transformación física o química…)

Y me pregunto: ¿Quién fijó las leyes que gobiernan la naturaleza, su creación y su evolución? No pueden ser consecuencia de una generación espontánea. Las cosas que no están regidas por leyes evolucionan hacía el desorden. Si tiras unas piedritas al aire, siguen la ley de la gravedad pero no es probable que caigan al suelo escribiendo la palabra “orden”.

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