viernes, noviembre 02, 2012

Sanear a una empresa...

Acabo de leer en De Standaard, periódico de habla neerlandesa de Bélgica, que “the man at the top” de Ford en Europa, Stephen Odell, ha recibido una promoción. El Presidente de Ford Europa acaba de ser nombrado Vicepresidente Ejecutivo de toda la multinacional y aparte de seguir siendo Presidente de Ford Europa, a partir de ahora lo será también de Ford Oriente Medio y de Ford África. Es el premio por haber conseguido “sanear” el negocio de Ford en Europa que sufre de sobrecapacidad.

“Sanear” en términos económicos significa en general “despedir”.  Entre Bélgica (Genk) y el Reino Unido (Southampton y Dagenham) el “remedio” ha sido 6000 trabajadores de la empresa a la calle (sin contar los trabajadores de las empresas auxiliares, suministradoras de la Ford, que suman otros 4000). “Sanear” solo tiene valor para los no despedidos, y en particular para los altos dirigentes, que reciben una recompensa por “sanear”, pero los despedidos no han sido saneados, todo lo contrario. Si añadimos mujer e hijos pueden sumar fácilmente 40.000, víctimas del saneamiento.

(Las imágenes: algunos de los “logos” que han aparecido en internet por la ocasión. He elegido solo los más decentes)

 
 

“Sanear”, significa según la RAE “Liberar de dificultades económicas una empresa”. No puede ser más expresivo: “de una empresa”. No de sus trabajadores, que no son la empresa, por mucho que se acostumbra decir por todas las direcciones del viento que el capital más importante de una empresa son las personas. Está clarísimo que “sanear” o “saneamiento” no tiene nada que ver con “sanidad” o “salud”. Aunque suele hablarse también de la “salud” de una empresa. Y de ninguna forma “saneamiento” tiene que ver con la santidad.

Stephen Odell tiene un fenomenal currículo como “saneador” (a no confundir con “sanador”). Saneó  anteriormente la Ford, vendiendo la Volvo y Mazda Motor, filial de Mazda Japón.

Al lado del citado artículo, De Standaard publica otro que comenta la noticia: “Una promoción (la del presidente) sobre un cementerio de despedidos. Esto no puede ser”. Refleja las opiniones de líderes sindicales belgas, que llaman a esta promoción “una bofetada a las miles de personas que han perdido su empleo”, y “escandaloso, que alguien que causa unos dramas tan fuertes pueda recibir además una promoción. Que tenga en primer lugar la audacia para explicar a la gente en qué se basa su decisión.” (O “tener agallas”, para no citar, por decencia, a los genitales masculinos).

Odell ya explicó la razón. No hay más que una: sobrecapacidad (por la caída de las ventas en Europa, no en los EEUU). Y yo me pregunto: ¿No se recurrirá a estos “remedios” porque faltan otras ideas para mantener a una empresa competitiva? Y esto ocurre hoy cuando no puedes abrir el periódico sin que se hable de “innovación” y de "innovar"…

El año que viene la Ford cumplirá 110 años. En sus principios la compañía producía unos pocos coches por día en su fábrica en la que grupos de dos o tres hombres trabajaban con cada automóvil. Henry Ford era un innovador real, no un "saneador". ¿Qué pensaría él de lo que está ocurriendo hoy en la Ford?

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