Hoy, 21 de agosto, el
Consejo Europeo de Asuntos Extranjeros, ha dado a conocer en Bruselas las conclusiones
de su reunión sobre la situación en Egipto. No las voy a repetir porque se
pueden leer íntegramente aquí.
Pensando que estamos en el Año
Europeo de los Ciudadanos 2013, puede sin embargo ser oportuno extraer
algunos pasajes, adaptándolos y haciendo abstracción del caso de Egipto, que
expresan la concepción que la UE mantiene sobre lo que es la democracia, y cómo
debe funcionar, en primer lugar en los propios países de la UE, sin excepciones.
- La UE apoya a los países en la búsqueda permanente de la democracia, el respeto de los derechos humanos, la dignidad, la justicia social y la seguridad.
- La UE condena en los términos más claros posibles todos los actos de violencia. Incluidas las operaciones desproporcionadas de las fuerzas de seguridad que dan lugar a muertes y lesiones.
- La UE condena enérgicamente los actos de terrorismo, como el asesinato de policías, la destrucción de iglesias y usar como blanco a la comunidad religiosa, los ataques contra instalaciones gubernamentales y museos. En este sentido, la UE recuerda que defiende la libertad de religión o de creencia, y condena cualquier ataque contra cualquier lugar de culto, y en contra de cualquier persona por razón de su religión o sus creencias.
- La UE hace un llamamiento a abstenerse de acciones que puedan incitar a la violencia, incluida la provocación, incitación y la incitación al odio. Los responsables deben ser llevados ante la justicia.
- La UE convoca a un diálogo nacional inclusivo, abierto a todas las fuerzas políticas. El discurso político no puede ser violento y los grupos políticos no pueden ser excluidos o prohibidos, siempre y cuando renuncien a la violencia y respeten los principios democráticos. La reconciliación política y trabajar juntos de manera pacífica con el fin de volver al camino de la democracia es la única solución. Compete al pueblo decidir sobre el camino a seguir, para ponerse de acuerdo sobre una constitución como la base para un país democrático en el pleno respeto de la división de poderes con los controles y evaluaciones necesarias que conduzcan a elecciones libres y justas en las que todas las partes puedan competir.
- El futuro próspero de un país sólo puede basarse en una solución democrática con instituciones democráticas plenamente operativas que protegen a todos los ciudadanos del país, incluidas las personas pertenecientes a minorías y las mujeres y sus derechos, incluido el derecho a la protesta pacífica, en la que el Estado de Derecho, los derechos humanos y las libertades fundamentales, en particular, de reunión y de expresión, de religión o de creencias, así como el derecho a un juicio imparcial se respeten plenamente. Estos derechos deben ser garantizados por el Estado de Derecho y protegidos por un gobierno civil con plenos poderes.
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