Después
de “La Catedral” de San Mamés, el estadio del Athletic de Bilbao, le toca (¿seguramente, probablemente o posiblemente?) al
Estadio de Heysel, en Bruselas, inaugurado en 1930, el año en que nació el
príncipe Balduino y centenario de la independencia de Bélgica. Ha sido sometido
a varias reformas y fue rebautizado en 1995 como Estadio del Rey Balduino, después de su fallecimiento. Es
el estadio más grande de Bélgica. Yo nací y viví cerca del estadio durante más
de 30 años. Allí vi ganar el RSC Anderlecht, 1-0 en 1962, contra el Real Madrid,
del legendario trio Di Estéfano, Puskas y Gento.
(Fachada del estadio actual)
(Vista desde la última bola del Atomium. Foto R.Aga)
Durante
la ocupación alemana cayeron tres bombas en el estadio, lanzadas desde gran
altura por los aviones bombarderos americanos, formando tres grandes cráteres
en el césped, sin dañar el edificio ni las gradas (¿por precisión o por milagro?).
El
estadio fue también el escenario de la mayor catástrofe de la historia del futbol,
cuando los “hooligans” de Liverpool se abalanzaron desde arriba en los graderíos sobre los tifosi de la
Juventus, situados en la parte de abajo, en la final de la Copa de Europa el 29
de mayo de 1985. Murieron 39 personas (entre ellas 32 italianos) y hubo cerca
de 400 heridos. Como castigo, los clubs ingleses no pudieron participar en
competiciones europeas durante los 5 años siguientes. Y el Liverpool un año más.
Las
excavadoras se meterán en el estadio, probablemente, y se va a construir uno totalmente nuevo
en otro sitio cercano, en el Aparcamiento C de la zona de Heysel. El proyecto
del nuevo estadio no está aún totalmente definido, y está sobre todo en
discusión si va a tener una pista de atletismo o no. Algunos opinan que sería mejor no derruir el
estadio actual y mantenerlo para encuentros de atletismo y dedicar el nuevo
exclusivamente al futbol. Se pretende que el nuevo estadio ayudara a que
Bruselas pueda ser sede del campeonato europeo de futbol de 2020. Parece que
será financiado con dinero privado. Parece que el futbol club Anderlecht
también quisiera jugar sus partidos en el nuevo estadio.
El
nuevo estadio ha dado lugar a la polémica. Si el actual está situado en Laken,
un barrio del municipio de Bruselas y situado en la región autónoma del mismo
nombre, el estadio ocupara un terreno de Grimbergen, un municipio de Flandes, y
por lo tanto su construcción necesita la autorización del gobierno flamenco. No
parece ser del agrado de políticos y vecinos nacionalistas flamencos por temor
a una invasión “francófona” en su territorio. Piensan recurrir por vía
judicial. Y esto a pesar de que el acuerdo de intención haya sido firmado por
el presidente de la Comunidad Flamenca,
el democristiano Kris Peeters, junto con el primer ministro de Bélgica, Elio di
Rupo, y el presidente de la Comunidad de Bruselas, Rudi Vervoort, una región mayoritariamente
francófona, pero oficialmente bilingüe.
Rudi
Vervoort, nacido en Bruselas, tiene apellido flamenco por ser hijo de padre
flamenco y madre francófona. Aunque su lengua materna es la de su madre, habla
también el neerlandés (se parece al caso de un amigo mío de la infancia). Quiere quitar
hierro al asunto lingüístico diciendo que en el estadio se hablará sobre todo
inglés.
Lo
mejor es ser multilingüista.
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