martes, diciembre 10, 2013

HOY ES EL DIA INTERNACIONAL DE LOS DEBERES HUMANOS


Oficialmente hoy, 10 de diciembre, se llama Día Internacional de los Derechos Humanos. En la página web dice el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon: “Con ocasión de la conmemoración del vigésimo aniversario de la Declaración y el Programa de Acción de Viena redoblemos nuestros esfuerzos para cumplir la responsabilidad colectiva de promover y proteger los derechos y la dignidad de todas las personas en todo el mundo.”
O sea, en realidad de lo que se trata es de los Deberes Humanos.
El 25 de junio de 1993, representantes de 171 Estados aprobaron por consenso el documento Declaración y Programa de Acción de Viena de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos. Después de dos semanas de conferencia mundial presentaron a la comunidad internacional un plan común para el fortalecimiento de la labor en materia de derechos humanos en todo el mundo. La Declaración y Programa de Acción de Viena suponía la culminación de un largo proceso de examen y deliberaciones sobre la situación de los mecanismos de derechos humanos en el mundo. El documento final convenido en Viena, que fue aprobado en 1994, reafirmó los principios que habían evolucionado durante los 45 años anteriores. Entre otras cosas, el reconocimiento de la interdependencia entre democracia, desarrollo y derechos humanos, allanó el camino para la cooperación futura entre organizaciones internacionales y los organismos nacionales en la promoción de todos los derechos humanos, incluido el derecho al desarrollo.
El derecho al desarrollo… ¿Dónde se está con ello? ¿Dónde estamos con el deber de dar los medios a la gente de los países “pobres” para que se puedan desarrollar? Quizás los países “ricos” tienen miedo a que algún día compitan con ellos. En el preámbulo de la Declaración de los Derechos Humanos, firmada en 1948, se dice que somos “miembros de la familia humana”. ¿Se está notando que somos familia? ¿Cumplimos con nuestros deberes familiares?

He aquí el preámbulo entero y textual:

“Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias;

Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;

Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;

Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad;

Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y

Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso.

LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.”

“Deben esforzarse”, o dicho con otras palabras, deben cumplir con sus deberes humanos.

A veces (¿?) da la impresión que nos alejamos de los objetivos  en lugar de acercarnos. Que parece que se ha cumplido con evitar que gente se muera de hambre enviando alimentos, ropa, etc. Cuando realmente hace falta es que esa gente se pueda desarrollar. De ellos son los derechos, de nosotros los deberes.

Hay gente desinteresada que van como voluntarios y voluntarias a estos países. Hay los misioneros que hacen una labor sacrificada de educación. Pero son muy insuficientes. Si esta educación solo asegura un desarrollo mental, la gente de estos países siente aún más la desigualdad. Y entonces, si no tienen medios propios, emigran a los países que han promulgado los derechos humanos, pero que levantan muros para que no pasen, aunque todos pertenecen a la “gran familia humana”. Y convierten el documento de la Declaración de los Derechos Humanos en papel mojado, como el mar que traga a gente que busca un destino mejor amontonándose en pateras.

Hoy los líderes mundiales prestan honores al difunto Nelson Mandela en Sudáfrica. El fue un hombre que sí cumplió con sus deberes humanos. Que sirva de ejemplo.

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