lunes, diciembre 16, 2013

Mejores deseos con el ciudadano más antiguo pero siempre joven


Como es también conciudadano mío (ambos nacimos en la misma ciudad) este año le he pedido a Manneken Pis que me represente ante los lectores, disfrazado de Papa Noël para la ocasión. Según consta en los archivos de la catedral de Sta. Gudula y San Miguel, nació en 1388 con un cuerpecito de piedra, pero en 1619 lo cambiaron por uno de bronce. Es el ciudadano más antiguo de Bruselas, pero evidentemente no el más viejo.

El hombrecito, que no para de mear, simboliza el buen humor de los ciudadanos de Bruselas, pero también la resistencia. En estas fiestas necesitamos despreocuparnos un poco de los problemas, y retomar fuerzas para resistir en 2014, que todavía hará falta.

Entre las leyendas del Hombrecito, la más conocida es la historia de un niño que salvó Bruselas de la ruina. El enemigo que sitiaba la ciudad quería hacer volar las gruesas murallas de la ciudad con pólvora. Pero por suerte había un hombrecito pequeño que sentía necesidades y apagaba la mecha meando encima.


En 1698 el entonces gobernador español, Maximiliano II Emanuel, vistió por primera vez al hombrecito desnudo. Y en 1747 le pusieron el traje pomposo del rey de Francia Luis XV. Desde entonces ha recibido con regularidad distintos trajes, que ya suman más de 800 y que se pueden ver en el museo de la ciudad, en la Gran Plaza. En alguna ocasión llevó el maillot amarillo del “Tour” (que no se lo quitaron por dopaje), y en otra los jugadores del Barça le pusieron su camiseta.

Por respecto nunca se disfrazó como niño Jesús en Navidad. Tampoco hacía falta porque al nacer estuvo desnudo como él. Pero sí se disfrazó en San Nicolás, que reparte regalos a los niños el 6 de Diciembre en Bélgica. No se disfrazó de Rey Mago, porque eran tres.

En ocasiones y festividades especiales Manneken Pis mea cerveza o vino. Aquí brindaremos al Año Nuevo con “Agua de Bilbao”.

¡FELICES FIESTAS!

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