Entre
las diez y diez y media de la noche de ayer, mirando en TVE1 el excelente
reportaje “La Noche de Suarez” en ocasión del 35 aniversario de la Constitución
Española, aparecía de pronto un mensaje de texto abajo en la pantalla anunciando
que Nelson Mandela ha muerto. Tenía 95 años.
Así
lo anunció el Presidente de Sudáfrica Jacob Zuma
Pensaba insertar aquí un video sobre la vida de Mandela, pero he desistido. Mi problema es elegir. Buscando “Nelson Mandela” en Youtube, me dice que hay aproximadamente 746.000 resultados, de los que cerca de 13.900 son biografías en inglés, 12.300 en español, 1.700 en francés, etc., etc.
También
hay cantidad de biografías escritas. Basta escribir “biografía de Nelson
Mandela” en Google y te salen aproximadamente 23.400.000 resultados en 0,19
segundos en inglés, y cerca de 536.000 resultados en español, también en 0,19 segundos.
Prefiero
recordar lo que quedará después de su muerte: sus pensamientos y sus lecciones
para la humanidad.
Mandela
estuvo 27 años encarcelado por su lucha contra el racismo, la “apartheid”, que
significa “separación”, que quiere decir
que donde está un blanco no puede estar un negro. Pero salió de la prisión y
estableció la igualdad entre los hombres de su país. Y como la igualdad entre
los hombres es un derecho fundamental humano sin el que no hay realmente paz,
le dieron el Premio Nobel de la Paz. Varios premios Nobel han sido dudosos y
concedidos apresuradamente. El premio que recibió “Madiba” no deja ningún lugar
a duda. Su liderazgo como hombre de estado ha inspirado a millones de personas
en el mundo, y seguirá haciéndolo.
'Nadie
nace odiando a otra persona por el color de su piel o su origen o su religión”,
dijo en alguna ocasión. El odio viene después y no con el nacimiento. Esta
igualdad natural entre los hombres exige un régimen político democrático pleno.
Mandela era un pura sangre de la democracia. Dijo que quería “Una democracia
verdaderamente no racista y no sexista”.
Mandela
lideró una resistencia pacifista contra el “apartheid” pero cuando en 1960 la
policía mató a 69 negros en una protesta (la masacra de Sharpeville) su
organización se radicalizó, y en 1962 mandaron a Mandela a prisión por incitar
a una huelga. Le condenaron por defender los derechos humanos… En su biografía
Mandela escribió: “Un país no se debe juzgar de cómo trata a sus ciudadanos más
altos, sino a sus más bajos, y Sudáfrica trató a sus ciudadanos africanos
prisioneros como animales.” Un hombre justo encarcelado por una justicia
injusta mantuvo su espíritu libre y se convirtió en un héroe.
¿Quién
podía pensar hace cincuenta años que algún día pudieran existir un presidente
negro de los EEUU y un presidente negro de Sudáfrica?
Ayer
el Presidente Obama habló desde la Casa Blanca sobre la muerte de Nelson
Mandela. Dijo que el viaje de Nelson Mandela desde un prisionero hasta
presidente encarnaba la promesa de que los seres humanos, y los países, pueden
cambiar para mejor, y que nos pide que hagamos una pausa y demos gracias por el
hecho de que Mandela vivió - un hombre que tomó la historia en su manos, y
tensó el arco del universo moral en favor de la justicia.
El
año pasado, la primera dama de los EEUU, Michelle Obama acompañada de sus hijas
se reunieron con el Premio Nobel de la Paz durante una visita oficial a
Sudáfrica, enfocada en el servicio, el liderazgo juvenil, la educación y la
vida sana. En el Foro de Jóvenes Mujeres Africanas Líderes en Soweto, habló sobre la parte más emocionante de su viaje: su encuentro con el
ícono del liderazgo.
Ha
muerto el cuerpo de Nelson Mandela pero no su espíritu. Seguirán vivas sus
ideas, sus convicciones y sus ideales. Que todos somos iguales porque nacemos
iguales, independientemente del color de la piel que tenemos, de la lengua que
hablamos, del país donde vivimos, de las creencias o no creencias que tenemos.
Son las condiciones necesarias para vivir en paz con nosotros mismos y con los
demás. Es compaginar lo individual con lo social. Es el cimiento de una verdadera
democracia.
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