¿Qué
es la identidad de una persona?
Según la RAE significa el “conjunto de rasgos propios de un
individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás”, y también la “conciencia
que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás”. El
Wikcionario casi lo repite: “Conjunto de
características que definen a un individuo en particular” y “Conciencia que el individuo tiene de sí
mismo”, y da como sinónimo de identidad “individualidad”.
Por
lo tanto no tiene por qué depender de tu lugar de origen, ni del lugar donde
resides, ni necesariamente de alguna lengua.
¿Qué opina de la identidad nacional? Pregunta Iñaki Esteban a Francesc de
Carreras en una entrevista en El Correo. Francesc de Carreras es
escritor y Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma de
Barcelona, que acaba de recibir el Premio de Periodismo de EL CORREO por su
artículo “¿De dónde soy?”.
“Pensar que la identidad
es nacional, regional o comarcal no tiene sentido. Yo escojo entre las
posibilidades que me ofrece el mundo y que considero razonablemente como las
mejores. Cada uno tiene múltiples opciones para elegir su manera de ser. Y
tenemos que aprender a convivir con gente diversa pero sabiendo que la libertad
consiste en elegir quiénes somos”,
contesta Francesc de Carreras
Y
cuando alguien le pregunta de dónde es
suele contestar “Yo digo que he nacido en
Barcelona. De entrada, nunca pregunto de entrada de dónde eres. Eso te
clasifica. Si saben que eres catalán, estás fuera de Cataluña e invitas a una
ronda de cervezas, la gente se sorprende y te dice: 'No pareces catalán'. Y si
no pagas, piensan: 'Ya se ve que éste es catalán'. Es la identidad como
fatalidad: como si por haber nacido en un sitio me tuviera que comportar de una
manera muy determinada y no pudiera ser quien quiero ser.”
Luego
está la lengua. ¿Es un factor de identidad?,
pregunta el entrevistador. Y Francesc de Carreras responde, “sí, pero ya hay muchas personas que hablan
dos, tres y cuatro lenguas. Todas ellas son enriquecedoras porque te abren el
horizonte a otras culturas y a otras mentalidades. La identidad es algo
dinámico. A los dieciocho años no te quedas parado. Las posibilidades de
evolución son continuas. Eres distinto a los dieciocho, a los cuarenta y a los
sesenta. Las experiencias te van modulando si consigues aprender de ellas.
Sería de tontos permanecer estáticos, mantener la misma identidad durante toda
la vida.”
Totalmente de acuerdo con Francesc de
Carreras sobre su concepto de identidad dinámica
de una persona. Yo mismo he experimentado este concepto.
Nací, de padres flamencos, en
Bruselas, ciudad bilingüe francés-neerlandés. Mi lengua materna era y es pues el
neerlandés-flamenco, pero desde niño tenía buenos amigos con los que hablaba
también a diario en francés. Después de casarme en Bilbao con una mujer vasca
de nacionalidad española vivimos un tiempo en Flandes. Al de unos años nos
mudamos a Madrid con la familia y después al País Vasco y cambié la
nacionalidad belga por la española (*) por razones prácticas y para tener no solo
obligaciones sino también derechos. Así que si me preguntan de dónde soy, digo
que soy de Bruselas, porque mis orígenes están allí. Y que mi nacionalidad
formal es española, porque lo dice el DNI. Sin embargo mi verdadera nacionalidad
es informal, y cuando me preguntan por mi nacionalidad digo que tengo 6. Que
soy y me siento flamenco, belga, español, vasco (“de Bilbao” porque para ser
“de Bilbao” no hay que haber nacido allí), europeo (tengo un pasaporte que lo formaliza)
y global, porque formo parte de la humanidad global. (El que quiere saber más, que pinche aquí)
Si me quieren ‘identificar’ en base a
la lengua lo tienen bastante difícil. Pues, como es debido con tantas “nacionalidades”
formales y no formales, hablo neerlandés (mi lengua materna y paterna, con
acento flamenco), francés (por ser “de Bruselas”), español (por ser español y
por haber vivido aquí más tiempo que en mi país natal). Mi signatura pendiente
es el euskera, la más difícil por ser muy diferente (pero para compensar este ‘gap’
canto el “Gure Aita” en la Misa). Me defiendo en inglés, la lengua
internacional, y sé leer y decir frases sencillas en alemán (se me ha olvidado
mucho por no practicar).
He tenido y tengo familiares y buenos
amigos flamencos, francófonos belgas y franceses, alemanes, españoles y vascos.
Porque me importa más cómo son que de dónde son o de dónde viven, o de qué
lengua hablan. Estaba a gusto en los sitios que he vivido y estoy muy a gusto
en el que estoy viviendo.
Merece la pena leer el artículo entero
con el que Francesc de Carreras ganó el premio de El Correo. Para abrir la
mente a más amplios horizontes y más allá de las banderas de las que muchas
veces se abusa. Solo hace falta hacer clic con el ratón.
(*) Según comunicado del Juzgado Municipal de Getxo del 3 de Diciembre de 1975, pocos días después de la muerte de Franco (20 Noviembre 1975), por Orden del Ministerio de Justicia del 14 de Octubre de 1975 (el mismo día que, como dice Wikipedia, Franco "empezó su deterioro físico" ,y continúa: " el 25 de octubre se le administró la extremaunción y, desde entonces, fue mantenido vivo por su entorno intentando una solución sucesoria acorde con sus intereses. Tras su muerte, los mecanismos sucesorios funcionaron y Juan Carlos de Borbón y Borbón, príncipe de España, «aceptando los términos de la legislación franquista», fue proclamado rey, siendo aceptado con escepticismo tanto por los adeptos al régimen como por la oposición democrática. Posteriormente, Juan Carlos desempeñaría «un papel central en el complejo proceso de desmantelamiento del régimen franquista y en la creación de la legalidad democrática»".
(*) Según comunicado del Juzgado Municipal de Getxo del 3 de Diciembre de 1975, pocos días después de la muerte de Franco (20 Noviembre 1975), por Orden del Ministerio de Justicia del 14 de Octubre de 1975 (el mismo día que, como dice Wikipedia, Franco "empezó su deterioro físico" ,y continúa: " el 25 de octubre se le administró la extremaunción y, desde entonces, fue mantenido vivo por su entorno intentando una solución sucesoria acorde con sus intereses. Tras su muerte, los mecanismos sucesorios funcionaron y Juan Carlos de Borbón y Borbón, príncipe de España, «aceptando los términos de la legislación franquista», fue proclamado rey, siendo aceptado con escepticismo tanto por los adeptos al régimen como por la oposición democrática. Posteriormente, Juan Carlos desempeñaría «un papel central en el complejo proceso de desmantelamiento del régimen franquista y en la creación de la legalidad democrática»".
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