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martes, junio 06, 2017

Recuerdos musicales estudiantiles

Mi "carrera" musical estudiantil empezó en el colegio San Pedro de Jette, municipio de la Región de Bruselas, cantando en el coro Cantabile. (En la foto soy el segunda de la primera fila de arriba)

Cantábamos en el colegio, en algunos actos festivos, alguna vez en Navidad en la Basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg.






En 1952 fuimos en un autobus descapotable a Lourdes donde cantábamos en la escalinata de la basílica. Nos acompañaban algunos padres (el mío también, fuera del autobus en traje). Y los profesores sacerdotes Constant Plasmans, dirigente del coro, Dolf Van Tongerloo y Albert Van Cauwenbergh. (Yo me asomo por la anteúltima ventana)

Una foto de este viaje es ahora la portada de la novela "De Ket van Jette" ("El Chaval de Jette"), una autobiografía de la juventud de Dirk Lahaye, entonces también miembro del coro, y ahora Profesor Emérito de Medicina de la Universidad de Lovaina, KU Leuven. Dirk Lahaye era de los más pequeños pero de los más graciosos. (En la foto estoy en el centro de la última fila)


Un año después, en 1953 se acabó el colegio y pasé a la Universidad KU Leuven, y me hice socio del club de estudiantes católicos flamencos de Bruselas - KSC Brussel (Katholiek Studenten Corps) - cuyo alias es "den Bezem Club" (el Club de la Escoba). La mayoría de la Universidad de Lovaina, KU Leuven.


(Guardo como un tesoro el gorro del club que nos poníamos para reunirnos y cantar, mi jarra de cerveza, mi cinta de socio, mi medalla de 25 años y la cinta de 50 años de socio)


(Soy, más bien "era", el joven de la izquierda)

Tengo todavía el Codex, la "biblia" con las reglas del club en el que también están todas nuestras canciones estudiantiles, en flamenco, francés, alemán, inglés y en latín. en él me escribió una dedicación Ernest Claes, uno de los mejores escritores flamencos, que pasó una tarde con nosotros.



En el club había algunos que cantaban muy pero que muy bien, con lo que se decidió formar un coro, y los mejores como solistas, dos de ellos Hugo Weckx y Jos Chabert que años más tarde serían ministros del Gobierno Belga. Era otro cantar. Cantábamos en conciertos y llegábamos a grabar un disco "De Grote Salamander" (la Gran Salamandra) acompañados con la gran orquesta de la televisión flamenca dirigida por Francis Bay, que tuvo, y sigue teniendo éxito. Uno en vinilo formato Long Play y también dos en formato pequeño Extended Play.

  
Con la lista de las canciones al dorso

La primera parte empezaba en alemán con "Ein Prosit!, Ein Prosit! der Gemütligkeit" (A la salud! A la Salud! del ambiente agradable).

Y la segunda en latín con:

Io vivat! Io vivat!
nostrorum sanitas
hoc est amoris poculum
doloris est antidotum
io vivat! io vivat!
nostrorum sanitas

Io vivat! Io vivat!
nostrorum sanitas
dum nihil est in poculo
iam repleatur denuo
io vivat! io vivat!
nostrorum sanitas

Io vivat! Io vivat!
nostrorum sanitas
nos iungit amicitia
et vinum praebet gaudia
Io vivat! Io vivat!
nostrorum sanitas

Traducción:

Que viva! Que viva!
nuestra salud
ésta es la copa del amor
del dolor es antídoto
Que viva! Que viva!
nuestra salud

Que viva! Que viva!
nuestra salud
cuando ya no queda nada en la copa
Que sea llenada de nuevo en seguida
Que viva! que viva!
Nuestra salud



Que viva! Que viva!

nuestra salud

Nos une la amistad

y el vino nos da alegría

Que viva! Que viva!

Nuestra salud



Lo habrá cantado también muchas veces Herman Van Rompuy, cuando fue estudiante y Presidente de nuestro club, y que años más tarde fue Presidente del Consejo de la Unión Europea. Pero a él no le he conocido en persona. Tiene 10 años menos que yo.
Una de las páginas, la inicial, de la partitura que usábamos para la grabación del disco:
Escuchar la parte 1 aquí:









viernes, noviembre 25, 2016

Orar entre Libros

El pasado jueves 3 de noviembre, Gabriel Otálora presentó su libro "Orar entre Libros" en el salón de actos de la Parroquia de la Stma. Trinidad de Algorta. Le acompañó la teóloga Maria José Arana quien hizo comentarios personales sobre el libro.

El dibujo de la portada es obra de un carmelita ex director de la editorial Fonte - Monte Carmelo.





Este es el Prólogo que ha escrito la teóloga Dolores Aleixandre:

"En la casa en que viví de niña había un arcón enorme en el que se guardaban cosas muy diversas: un mantón de manila, un disfraz de valenciana, una especie de capote que usaba mi padre para ir de caza, sombreros antiguos, una caja con peinetas…. No me dejaban abrirlo por mi cuenta pero, cuando mi madre lo hacía, yo me asomaba esperando encontrar siempre nuevas maravillas. He recordado la escena mientras leía las “Reflexiones en oración“ de Gabriel Mª Otálora que, como el escriba sabio de la parábola de Jesús, va sacando del arca “cosas nuevas y viejas“ y rescatando de la “desmemoria“ vivencias sentidas a lo largo de sus lecturas de muy diversos autores.

Esta opción suya me ha dado que pensar: por un lado, supone la existencia de un sujeto lector
que se ha ejercitado para alcanzar una disposición interior de expectación, espera, respeto y silencio
ante palabras ajenas. Por otro, deja ver una práctica asidua del acto de leer, un hábito ya conseguido
de dejarse trabajar por lo leído, de consentir al potencial de transformación que esconde lo dicho por otros, de exponerse a la pregunta: ¿qué quiere de mí este texto? Ese suele ser el final de trayecto de muchos lectores pero el autor da un paso más en esta implicación personal y se convierte en un sujeto comunicador que “hace hablar“ a lo leído desde su propia “caja de resonancia“, lo adapta a otros destinatarios y ofrece su propia interpretación.

«Je ne sais pas où tu commences, je ne sais pas où je finis». «No sé dónde empiezas tú y donde
termino yo», cantaba Georges Moustaki hace unos años. Algo así ocurre con estas “reflexiones en oración“ de Gabriel Mª Otalora pero eso deja de importar cuando se tiene delante un estupendo
material para continuar reflexionando y orando."

En la contraportada del libro Gabriel Otalora escribe: "Todos tenemos la posibilidad de lograr momentos en los que los sentimos cómo una lectura nos ilumina, pequeños instantes en que vislumbramos senderos de verdad o encontramos una pista para actuar con la lucidez del amor..."
Ser, Saber, Sentir