Millones de espectadores en 72 países vieron ayer, primer día de 2010, en directo el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena. “Ein charmantes Konzert” lo llama la ÖRF, la radio y televisión austriaca, que lo emitió por primera vez en Alta Definición. Un “concierto encantador” gracias al encanto de un director francés de 85 años con apellido de sacerdote, Georges Prêtre, y que deja a los músicos enseñar que también saben cantar. Con sus ojos y sus manos expresivos recreo nuevas sensaciones de los clásicos de la familia Strauss. Música para oir y ver, con los bailarines y bailarinas del Ballet Nacional de Austria, vestidos este año con el sello de Valentino, quien nos enseñó como fluían los diseños de su lápiz. Música elegante. Una música para todo el mundo, emitida cada año desde la sala del Musikverein, la Asociación de los Amigos de la Música de Viena, centro de la cultura vienesa en la Karlsplatz, magníficamente decorado hasta el techo para la ocasión. Los vieneses se preguntan: ¿Qué sería la sociedad de los Amigos de la Música sin su sala de conciertos magnífica, y qué sería la sala de conciertos sin esta sociedad?
Un concierto para empezar el año con optimismo, también las personas mayores, para los que Georges Prêtre puede ser un estímulo. Ha batido su propio record de dirigente más longevo del Concierto, porque también estuvo en Viena el 1 de enero de 2008 con 83 años. Muchos quizás habrán pensado entonces que sería la última vez. Esperamos volver a verle uno de los próximos años y terminar una vez más el Concierto con los aplausos al compás de la Marcha Radetzky.
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