Bajo
el título “Cinco
años a la cabeza del Consejo Europeo, lecciones y desafíos”, Herman Van Rompuy pronunció su último
discurso público como Presidente del Consejo el 25 de noviembre en Sciences Po, el Colegio Universitario
de Ciencias Políticas, en Paris.
Resumimos las tres grandes responsabilidades que
citó, de los hombres políticos y mujeres políticas en Europa:
- Decir la verdad, en primer lugar, sobre los esfuerzos que hay que hacer, también cara a los populistas.
- Crear esperanza después, movilizando todas las palancas económicas para el crecimiento – “sin tabúes, sin miedos, sin obsesiones, salvo la del resultado”.
- Velar por la confianza por último: la confianza entre los países, entre las instituciones y entre los dirigentes.
Herman
Van Rompuy había sido invitado por el Centro de Estudios de Sciences Po y de
Nuestra Europa - Instituto Jacques Delors, un think tank europeo creado por
Jean Delors, ex Presidente de la Comisión Europea, quien fue quien introdujo el
debate.
Y
como estaba en Francia, habló de Francia y Europa:
Francia necesita a
Europa, porque Francia no es grande si no que en Europa. Pero Europa también
necesita más que nunca a Francia, una Francia económicamente fuerte, liberada
de ideas trasnochadas de todo género, confiando en ella misma. Europa necesita
a Francia porque, en el mundo tal como es y será, es a vuestra nación, con
vuestros vecinos y socios, de proponer nuevos proyectos, diseñar una dirección,
animar otra vez más, el trabajo en común por el futuro de nuestro continente. Y
podéis tener éxito, también esta vez, a condición de verlo no como una faena, pero
como una gran tarea, un proyecto histórico, una bonita misión, digna de este
bonito país.
Cambiando
el nombre del país, lo podía haber pronunciado de la misma forma en España, en Italia,
en Grecia, en…
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