En
su introducción al Día de los Derechos Humanos hoy 10 de Diciembre la ONU nos
dice:
“La promoción y protección de los
derechos humanos ha sido una de las mayores preocupaciones para las Naciones
Unidas desde 1945, fecha en la cual los países fundadores de la Organización,
acordaron impedir que los horrores de la Segunda Guerra Mundial se reproduzcan.
Tres años después, en la Declaración Universal de los Derechos
del Humanos, la Asamblea General exprimió que el respeto a los derechos humanos y a la dignidad de la persona humana
"son los fundamentos para la libertad, justicia y paz en el mundo".
En 1950 la Asamblea General invitó a todos los Estados miembros y a las
organizaciones interesadas a que observaran el 10 de diciembre de cada año como
Día de los Derechos Humanos”
“La Declaración supone el primer
reconocimiento universal de que los
derechos básicos y las libertades fundamentales son inherentes a todos los
seres humanos, inalienables y aplicables en igual medida a todas las personas,
y que todos y cada uno de nosotros hemos nacido libres y con igualdad de
dignidad y de derechos. Independientemente
de nuestra nacionalidad, lugar de residencia, género, origen nacional o étnico,
color de piel, religión, idioma o cualquier otra condición, el 10 de diciembre
de 1948 la comunidad internacional se comprometió a defender la dignidad y la
justicia para todos los seres humanos.”
El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, dice:
“La discriminación va dirigida
contra personas o grupos vulnerables a los ataques: los discapacitados, las
mujeres y las niñas, los pobres, los migrantes, las minorías, y todos aquellos
que son considerados diferentes."
Se
observa que los derechos va mucho más allá que evitar los horrores de las
guerras. Se entiende que los primeros artículos son los más importantes. Veamos
los 5 primeros:
Artículo 1: “Todos los seres humanos nacen libres
e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos
con los otros.”.
Artículo 2: “Toda
persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo,
idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional
o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.”
Artículo 3: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la
seguridad de su persona…”
Artículo 4: “Nadie estará sometido a esclavitud ni a
servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas
sus formas.”
Artículo
5: “Nadie
será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.”
Observamos
en primer lugar que la corrupción no es ningún derecho humano. Y que los
derechos deben dar inevitablemente lugar a obligaciones para que puedan ser una
realidad.
¿Qué estamos observando?
Jovenes y mayores sin
empleo. ¿Hay dignidad
sin empleo? ¿Alguien sin empleo es independiente, libre de servicumbre?
Familias desahuciadas de
sus casas. ¿Hay
dignidad si no tienes un techo para tu familia? ¿No es una tortura tener que
dormir en la calle?
Inmigrantes que querían
escapar de la pobreza,
algunos con niños pequeños, se ahogan en el mar o son devueltos a sus países
después de superar una alambrada. ¿Dónde está la igualdad de razas o de
orígenes? ¿Por qué no se les aplica un trato igual, “independientemente de su origen nacional o étnico,
color de piel”?
Una diferencia astronómica, que aumenta,
entre ricos y pobres. Unos viven
en la opulencia y el lujo, y otros tienen apenas (o nada) para comer. ¿No dice
la Declaración que los derechos básicos y las
libertades fundamentales son
inherentes a todos los seres humanos,
inalienables y aplicables en igual
medida a todas las personas?
Y podríamos continuar.
No son solo
las guerras las que rompen los derechos humanos, son también las actuaciones de
las personas ahora y aquí mismo. Y no hay que esconderse detrás de los reglamentos. Las
leyes y los reglamentos, las instituciones públicas y privadas, no son cosas
creadas espontáneamente, son obras de personas.
La lucha contra
la corrupción es tan solo una pequeña parte de la defensa de los derechos
humanos.